Bienvenida

¡GRACIAS POR SU INTERÉS!

Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:

-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0

-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0

-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas

Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua

Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0

lunes, 26 de junio de 2017

¿QUO VADIS, TURISMO?


La gestión de la abundancia comienza a ser el gran desafío para muchos destinos. Se solía presentar como el precio del éxito, pero hoy en día los problemas de la masificación se han extendido, y afectan a quienes en el pasado han hecho bien los deberes y a quienes no cabría atribuirles lo mismo con igual convicción, y más en el periodo vacacional por excelencia, cuando las saturaciones se agudizan. A los ritmos a que está creciendo la demanda (las estadísticas siguen acumulando récords), el mérito ya no está tanto en llenar el destino como en llenarlo del público que nos interese y no defraudar sus expectativas.
Cada vez con más frecuencia surgen episodios de turismofobia: pintadas, manifestaciones, gente que vota a favor de la prohibición de los grandes cruceros (Venecia, muy recientemente) , …y vemos a alcaldes presionados por sus conciudadanos (a la sazón, muy importante no olvidarlo, votantes) hartos de aguantar la resaca de un turismo de cantidades que les agobia y del que se sienten damnificados económica, social y medioambientalmente, al punto de llegar a verse en la tesitura de pedir ayuda a los agentes del sector en el municipio para acabar con un determinado tipo de turismo que consideran dañino (“El alcalde de Calvià pide apoyo para erradicar el turismo de borrachera”).
Sin ser alarmista, la historia nos muestra numerosos ejemplos de cómo el éxito ha sido el comienzo del fracaso, el principio del fin, si no se sabe digerir bien. El atracón está siendo tan grande en ciertos casos que será necesaria alguna ayuda para producir esa digestión, sin que se convierta en indigestión, vómitos y males mayores. Para ello precisaremos de un “omeprazol” doble: conocer en profundidad las raíces del problema y reforzar nuestra capacidad de gestión de los flujos y destinos turísticos. Vayamos por partes.
-Raíces del problema
El turismo, como actividad de ocio, se ha generalizado. Ya no es, como antaño, patrimonio de una élite favorecida, sino que se ha popularizado y puesto al alcance de la mayoría. Es fruto de la prosperidad económica y del desarrollo de las clases medias a escala global, pero también del low cost (el de las compañías aéreas y otros). Lo que antes era un privilegio, ahora se percibe como una necesidad (física y mental) y casi como un derecho; en todo caso se ha convertido en un hábito social. Los problemas en el mundo harán que los flujos turísticos se alteren, pero la gente viajará, a unos puntos u otros, más lejos o más cerca según las circunstancias. Todo apunta a que el turismo seguirá creciendo, por esta poderosa razón.
Generalizando, antes los turistas tenían sus zonas; ahora estos tienden a mezclarse con las comunidades locales. Esto, per se, no tendría que ser ni bueno ni malo, pero según los casos puede ser bueno o malo, o las dos cosas a la vez. El roce con gentes de procedencias y culturas distintas tiene una vertiente positiva de enriquecimiento cultural y apertura cognitiva, pero como en todos los excesos, cuando el roce se convierte en fricción, como resultado de que quien viene de fuera no respeta (quizás porque no conoce) los códigos de comportamiento de la comunidad anfitriona, entonces empezamos a tener un problema. Si no vienen informados, habrá que informarles y hacerles ver las consecuencias de comportamientos inapropiados (la educación es harina de otro costal y, me temo, un bien cada vez más escaso que también afecta a las relaciones humanas en el marco de la actividad turística).
Estamos empezando a sufrir en nuestras propias carnes (“¿Hacia una Mallorca sin mallorquines?”, podíamos leer hace unos días) aquello que los “teóricos” investigadores de las universidades hace tiempo que anunciaron en sus escritos. La gentrificación de zonas de una ciudad es posible: el turismo masivo puede expulsar a los vecinos de toda la vida. Y la turistificación de espacios urbanos también, perdiendo la impronta característica del modo de vida local para convertirse en algo sin identidad pensado sólo para el turista, pero desde una visión de corto alcance, porque cuando los turistas decidieron ir allí es porque les atraía la personalidad de ese barrio y les apetecía experimentar su particular estilo de vida: si ese sabor especial se pierde, se habrá perdido su atractivo, al menos gran parte del mismo, amén de un activo cultural intangible digno de ser preservado. Lo tangible es más fácil que pueda beneficiarse del turismo; por ejemplo edificios nobles que de otra manera habrían quedado abandonados a una triste suerte por su costoso mantenimiento/rehabilitación.
Las plataformas tecnológicas que a través de Internet ponen en contacto los ofertantes de alquiler de apartamentos turísticos o vacacionales con los demandantes de este tipo de alojamiento han facilitado y multiplicado el fenómeno descrito, pero el problema, a mi juicio, no está en esas plataformas y el uso de las mismas (los avances tecnológicos son imparables, sin perjuicio de que deban someterse al ordenamiento en vigor), sino en el abuso de su excesiva oferta (ahí es donde habría que poner límites en función del interés general) y en la falta de comprensión y respeto de no pocos inquilinos (con la indiferencia del propietario/a, también tiene su responsabilidad) a las costumbres y derechos de quienes allí residen. A mí me educaron desde la premisa de que tenía que ser yo quien se adaptara a las normas sociales del lugar que visito, y no al revés. Quienes no estén dispuestos a respetarlas, porque en sus vacaciones desean hacer cosas que resultan incompatibles, debieran buscar otro acomodo.
-Gestión
Así las cosas, la promoción del destino ya no es suficiente. Se ha de producir la transición desde el marketing hacia la gestión del mismo, siendo que la gestión va mucho más allá del marketing, incluyéndolo. Las DMOs, en terminología anglosajona, deben cambiar el significado de la M: de Destination Marketing Organizations a Destination Management Organizations.
Y esa gestión se puede hacer, obviamente, mejor o peor. Pararse a pensar lo que estamos haciendo, reflexionar si lo que funcionó en el pasado seguirá siendo lo más conveniente cara al futuro, es una buena medida. Pararse a pensar si el crecimiento sigue siendo deseable es no sólo necesario, sino imprescindible. Parece imposible abstraerse de la lógica del crecimiento, pero es porque hemos asumido que el crecimiento (del número de turistas, del número de pernoctaciones…) es la medida del éxito. Definir una nueva métrica del éxito es clave, que equilibre lo cuantitativo con lo cualitativo, la cantidad con la calidad y la rentabilidad, la sostenibilidad económica con la social y la ambiental. Y para eso necesitamos que los especialistas nos ayuden a medir bien.
En este contexto, una moratoria (aunque sea temporal) a la concesión de licencias de nuevos hoteles en zonas turísticamente saturadas, puede parecer que tiene sentido mientras ese proceso de redefinición de las políticas públicas tiene lugar (que, dicho sea de paso, es deseable que sea lo más ágil posible para evitar incertidumbres e indefiniciones), pero no parece que arregle el problema de fondo: esos hoteles se podrán establecer en zonas o municipios colindantes y los turistas seguirán congestionando las mismas áreas urbanas o playas.
Afortunadamente, hoy en día las nuevas tecnologías ofrecen grandes posibilidades para mejorar la gestión de los destinos turísticos (de núcleos de población con turistas o residentes temporales, sería mejor decir), pero para eso hay que crear la infraestructura necesaria. Esta es la filosofía subyacente en la figura de los Destinos Turísticos Inteligentes, soportados en una infraestructura tecnológica de vanguardia proveedora de datos y herramientas para la toma de decisiones, a partir de un conocimiento más profundo de los problemas: datos, información para decidir. Otra cuestión es el ente gestor del destino, su gobernanza y la capacidad de controlar los resultados de sus decisiones y acciones. Sobre la creciente limitación en este sentido puede consultarse el siguiente post, que escribí al hilo de mi intervención en la I Conferencia Mundial de la OMT sobre Destinos Inteligentes, celebrada el pasado mes de Febrero en Murcia:
http://alfonsovargassanchez.blogspot.com.es/2017/02/acerca-de-la-i-conferencia-mundial-de.html
Un buen ejemplo de esta limitación para alinear los comportamientos lo encontramos en Auckland (Nueva Zelanda), donde frente su posicionamiento “oficial” como destino de turismo familiar, agentes independientes tuvieron una idea diferente y pusieron en marcha, con gran éxito de público, algo aparentemente incompatible como la Erotica Lifestyles Expo y el desfile que la precede.
En suma: ¿quo vadis, turismo? A lo mejor hay que tener el coraje de empezar a hablar, en determinados casos y épocas del año, de límites al crecimiento o incluso de decrecimiento, en función de las capacidades de carga, para ayudar a un mejor vivir general. El equilibrio entre los intereses en juego, a menudo en conflicto, no es fácil de lograr, en absoluto, pero desde luego, el saber buscar proactivamente el tipo de turista y de turismo que más conviene en cada caso (y desincentivar el que no conviene) es una clave inexcusable. Quizás con más frecuencia de la deseable, la falta de capacidad para (o incluso intento de) gestionar nos está llevando, sin darnos cuenta, a un turismo masivo y low cost que genera muchas dudas y controversias acerca del balance de sus impactos positivos y negativos. No todo vale, ni cabe. Tampoco se recomienda mezclar el vino con el agua, pero hay quienes lo hacen: la libertad siempre tiene como contrapartida la responsabilidad.
En palabras de mi admirado colega Rafael Alberto Pérez, con quien comparto la pasión por la Estrategia: “Uno es lo que elige: nos hacemos en las bifurcaciones”. Ese uno es el destino turístico que cada quien desee observar.
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Post destacado en la Comunidad Hosteltur, 22/06/17.

domingo, 25 de junio de 2017

HAY QUE REACCIONAR: COMPROMETÁMONOS CON HUELVA


El fin de semana de San Juan de 2017 pasará a los anales de la provincia de Huelva como uno de sus momentos más negros. La secuencia de incendios, particularmente el que ha afectado al entorno y al Espacio Natural de Doñana (Patrimonio de la Humanidad y mayor reserva ecológica de Europa), ha alcanzado cotas que ya podemos calificar de catastróficas, en un momento en que aún el fuego sigue haciendo muchos estragos y aún está sin controlar, pese a los arduos esfuerzos de quienes, con gran ahínco y enorme mérito, trabajan en ello noche y día. Para ellos mi reconocimiento supremo.
La gravedad de este episodio dará lugar a muchas reacciones, entre otras, como es imprescindible, la del esclarecimiento de las causas y eventuales causantes, sobre quienes, caso de existir, debe caer todo el peso de la ley; pero también al debate sobre las penas por este tipo de atentados medioambientales, a la evaluación de los daños de todo tipo (los efectivamente acaecidos y los que pudieron haber ocurrido), a las lecciones que deberían extraerse para mejorar la acción preventiva y la reacción una vez que el siniestro tiene lugar, sobre los eventuales cambios legislativos o en los procedimientos operativos, la política de reforestación y uso del suelo, etc.
El daño a este patrimonio natural de tan alto valor es incalculable. La tristeza e impotencia enormes, como también lo fue pocos días antes con la tragedia, esta vez agravada con muchas vidas humanas, en Portugal, querido país vecino y hermano. Pero ello debe traducirse en una reacción ciudadana, especialmente la onubense, para sobreponerse a esta adversidad, que sin duda tendrá repercusiones negativas en nuestras vidas. Y también de las Administraciones, que tienen la obligación moral de apoyar y compensar a esta provincia tan olvidada. Pero no quiero centrarme en demandar que otros actúen y esperar a que lo hagan, o volver a quejarme si no lo hacen y todo se queda en palabras huecas de condolencias.
Quiero empezar por mí mismo, aportando lo que pueda. Y creo que lo mejor que puedo hacer, como profesor de universidad que soy, son tres cosas:
-Comprometerme a difundir aún más las bondades y bellezas de mi tierra, que me enorgullezco de pasear por el mundo acompañando al nombre de su Universidad. La mayor joya que atesora la provincia de Huelva es su medio ambiente, su naturaleza, sus ecosistemas, sus paisajes, y lo sigue siendo, a pesar de esta tragedia.
-Empeñarme aún más en trasladar a las jóvenes generaciones de universitarios el valor del respeto a la naturaleza, al medio ambiente; a trabajar por la sostenibilidad. Nos va mucho en ello y la educación es la mejor garantía de construir un mundo mejor.
-Y como investigador, particularmente en temas de turismo, ofrecerme desinteresadamente para estudiar qué acciones serían las más eficaces para gestionar este tipo de crisis y recuperarnos, también en términos de imagen, de este duro golpe. Quedo a disposición.
Desde la humildad de un ciudadano de base, y de un miembro también de base de la comunidad universitaria, hago un llamamiento al compromiso y a que cada uno ponga su granito de arena, en la medida de su saber hacer y posibilidades, para que colectivamente nos recuperemos lo antes posible. Súmate y generemos desde la sociedad civil un tsunami de solidaridad y apoyo a Huelva.
Al escribir estas palabras aún la pesadilla está viva, continúa. Ojalá pase muy pronto y podamos empezar a mirar hacia adelante sin esta pesada carga. Que tanto sufrimiento y hectáreas calcinadas terminen sirviendo para algo bueno. Sal del abatimiento, de la resignación... saca lo mejor de ti...

martes, 20 de junio de 2017

HUELVA Y SUS INDICADORES URBANOS 2017


El Instituto Nacional de Estadística ha publicado en el día de hoy una serie de indicadores para un total de 126 ciudades españolas. Seguidamente se extraen quizás los más reveladores para valorar la situación de la ciudad de Huelva.

-Renta neta media anual de los hogares (euros)
2011
2012
2013
2014
22.532,94
21.013,09
20.461,14
20.688,36

En el periodo para el que se ofrecen los datos, la renta media por hogar disminuyó un 8,2%. Tomando el dato más reciente, Huelva es la décima ciudad con menor nivel medio de renta por hogar, y la última capital de provincia. Esta cuantía es sólo un 28% de la que se alcanza en la ciudad española con nivel más alto.

-Tasa de desempleo (porcentaje)
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
30,24
36,14
41,08
41,22
37,15
33,29
31,69

En el periodo 2010-2016, la tasa de paro aumentó 1,45 puntos porcentuales, si bien es cierto que viene cayendo en los últimos tres años. Con datos de 2016, Huelva es la 15ª ciudad con más tasa media de desempleo; de las catorce que la anteceden, todas son andaluzas menos dos. Su nivel de paro es cuatro veces superior al de la ciudad con menor tasa.

-Proporción de empleo en industria y servicios (porcentaje)
Año
2010
2011
2012
2013
2014
2015
Industria
8,38
7,31
7,47
8,16
6,01
6,12
Servicios
78,73
80,52
80,63
80,20
85,38
85,83

La resultante: una pérdida de peso de la industria de 2.26 puntos porcentuales y un aumento del de los servicios de 7.10, encaminándose hacia un “monocultivo” de empleo en los servicios por inanición de la industria.

-Población residente (personas)
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
149.310
148.918
148.568
148.101
147.212
146.318
145.468

Durante el referido periodo la población residente en la ciudad disminuyó un 2,6%.

 -Edad mediana de la población (años)
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
38,30
38,84
39,40
39,86
40,43
40,99
41,53

Nos encontramos ante una ciudad cuya población, además de decrecer, envejece, consecuencia, sobre todo, de una tasa bruta de natalidad claramente a la baja.

Adicionalmente, Huelva también aparece designada como “área urbana funcional” (AUF), entre un total de 70 en España: lo que podríamos considerar la ciudad en cuestión (Huelva en nuestro caso) y su área de influencia laboral (zona metropolitana, podríamos decir). Veamos la evolución de esos mismos indicadores.

-Población residente (personas)
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
227.811
228.831
229.292
229.544
229.262
229.034
229.041

Un aumento total del 0.5% en los seis últimos años, o sea una población total prácticamente estancada en la AUF de la ciudad de Huelva. Se trata de la AUF 29ª de toda España por su volumen poblacional, justo por encima de la de Almería (30ª) y ligeramente por detrás de la de Cádiz (26ª), por poner dos ejemplos de ciudades andaluzas de tamaño similar.  

-Edad mediana de la población (años)
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
37,57
38,05
38,61
39,05
39,60
40,12
40,65

También a este nivel es patente el envejecimiento progresivo de la población, por la razón expresada más arriba.

-Renta neta media anual de los hogares (euros)
2011
2012
2013
2014
23.230
21.795
21.329
21.555

Un descenso del 7,2% para dicho periodo, un punto inferior al sufrido por la capital. La AUF de Huelva es la quinta con menos renta meda por hogar de España (puesto 66 sobre 70) y la última de capital de provincia, con un nivel que se sitúa en el 61% de la que tiene una renta más alta.

-Tasa de desempleo (porcentaje)
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
29,26
34,59
38,93
38,80
35,21
31,44
29,78

Pese a la caída de los últimos años, aún no ha alcanzado en 2016 el nivel de 2010, ya per se muy alto, en el umbral del 30%.  Con el dato más reciente, la AUF de Huelva es la décima de España con mayor tasa de paro, con un nivel que triplica el de la AUF con menor tasa.

-Proporción de empleo en industria y servicios (Porcentaje)
Año
2010
2011
2012
2013
2014
2015
Industria
11,56
10,78
9,92
10,74
9,14
9,23
Servicios
71,19
72,93
74,21
75,08
77,82
78,02

La resultante: una pérdida de peso de la industria de 2.33 puntos porcentuales y un aumento del de los servicios de 6.83, con un patrón claro ya descrito más arriba.

CONCLUSIÓN GENERAL

Sin querer ser alarmista, el panorama que estos, y otros, indicadores dibujan es muy preocupante. Pero no es sorprendente: sólo basta pasear por una ciudad que no muestra indicios de progreso desde hace años, y no sólo por la dureza de la crisis económica que nos ha azotado, sino por la falta de un proyecto sólido de desarrollo económico de la ciudad y su zona de influencia (ahí tenemos los ejemplos del Parque Huelva Empresarial y el PCTH, en los que las administraciones públicas, por diferencias de color político, no han logrado alinear sus apoyos con el resultado que ni uno ni otro han llegado a casi nada) y de la falta de inversiones públicas en infraestructuras (de comunicaciones y otras).

El nivel de gasto en sus comercios, bares, restaurantes... sólo podrá levantarse por dos vías:

-El incremento del nivel de renta de sus residentes (y del número de residentes), con más empleo, menos precario y de mayor valor añadido, que suelen ser los industriales (en industrias limpias y del conocimiento). El turismo puede ser un complemento, pero sólo eso, dado el carácter estacional del empleo y sus bajos salarios.

-La capacidad de atraer gente de fuera con capacidad de gasto, ofreciéndoles oportunidades atractivas para ello. Por ejemplo, aunque no sólo, los flujos turísticos del litoral.

Con la clásica orientación doméstica y a corto plazo, a la captura de la voluntad de quienes (me) votarán en las próximas elecciones, con escasa o nula proyección y repercusión más allá de los confines locales, no cabe pensar que se vaya a incrementar globalmente el gasto en nuestros comercios, bares, restaurantes…por el efecto de acciones de dinamización o (pseudo)culturales que generan también sus molestias a los vecinos, sufridores a quienes no se les suele preguntar. La gente gasta lo que puede gastar, que es poco, y si gasta más en determinados días por mor de tales acciones, gastará menos en otros, y si gasta más en unos sitios (pongamos el Centro) gastará menos en otros; porque su presupuesto llega hasta donde llega, y cada vez con más incertidumbre por la creciente inestabilidad laboral. La cuestión no es desviar temporal o espacialmente el gasto, sino incrementar ese presupuesto y el número de personas que pueden gastar. No se trata de repartir la tarta, sino de agrandarla.

La única solución real es la de trabajar en serio para atajar, no los síntomas de forma transitoria y con eficacia más que dudosa del gasto público, sino las causas de esta grave enfermedad, que se ha hecho crónica y a la que parece como si nos hubiéramos acostumbrado o nos hubiéramos resignado a vivir con ella. Tampoco la solución está en buscar el enemigo exterior y echar balones fuera: sobre todo debemos mirarnos a nosotros mismos. Por ejemplo, por no mirar más lejos de mi propia "casa", podríamos preguntar a los candidatos a rector/a de la UHU, en el debate (último, creo) que empezará en unos minutos,  qué opinan de esto y del papel de la Universidad, pero siento que  sería molestar: me temo que esos asuntos van por otros derroteros. 

Y esto el mismo día en que los agricultores del Condado han reivindicado una vez más, y de forma multitudinaria en las calles, ¡Agua (y Tierra) YA! ¿Qué les decimos a quienes (en general) lanzan el mensaje de que hay que conformarse y aceptar la realidad tal y como es, como si no pudiera transformarse? Nuestros agricultores han dado su respuesta, que es también la mía. 

No por endulzarla con el onubensismo halagador y cómodo para el poder del buenas noticias only, el entretenimiento de las numerosas fiestas (tradicionales y de nuevo cuño) y el omnipresente fútbol que tan eficaz es para apelar a sentimientos y desviar atenciones, la realidad deja de ser la que las cifras revelan: manifiestamente mejorable. Algo habrá que hacer y cambiar, ¿no cree, estimado/a lector/a? ¿Aspiramos a un futuro mejor en lo material, o quizás creemos (o nos han hecho creer) que ya tenemos todo lo mejor del mundo y somos felices así?

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En Europa Press: http://www.europapress.es/andalucia/huelva-00354/noticia-area-urbana-funcional-huelva-alcanza-229000-habitantes-20170701100634.html

viernes, 16 de junio de 2017

DESDE LA IRRELEVANCIA, EN UN POZO QUE PARECE SIN FONDO

Desde la irrelevancia de quien no está en la política universitaria (ni en la otra, de la que mimetiza sus vicios); y en el pozo (que parece) sin fondo de una burocracia profesional (en terminología del eminente Prof. Henry Mintzberg) que siempre seguirá reclamando más y más financiación para sí.

Desde la irrelevancia de quien no está en ningún bando y no cree en esa lógica tan simplista como extendida y perversa del “estás conmigo o estás contra mí”, que luego exige la tarea, no siempre posible, de coser las heridas de la división; y en el pozo (que parece) sin fondo de un sistema en virtud del cual lo único que cuenta en la práctica es ganar el voto de los varios sectores internos, sin intervención alguna de la sociedad, que es a la postre la que financia con sus impuestos y a la que nos debemos como servidores públicos.

Desde la irrelevancia de quien tampoco está en la lógica del “qué hay de lo mío”, aunque eso le haya traído como consecuencia que iniciativas propias no hayan ganado la voluntad de quienes han ostentado el poder, antes, ahora y asumo que también después (es decir, la referida irrelevancia interna); y en el pozo (que parece) sin fondo de una lógica del crecimiento de la que parece imposible abstraerse, sin reparar en los límites que la realidad de los recursos impone y de una sociedad que galopa a lomos de desarrollos tecnológicos, como la digitalización, que inexorablemente terminarán por ocasionar, y más pronto que tarde, un impacto severo en el funcionamiento de universidades como la nuestra, de corte tradicional (aunque cuestiones de este tipo vayan más allá de los periodos electorales de cuatro años y no suelan aparecer en las agendas correspondientes).

Desde la irrelevancia de quien no se empeña en arrastrar votos de nadie ni para nadie desde su posición, por modesta que sea, sino que cree que cada elector, independientemente de su categoría académica o administrativa, tiene que sentirse con plena libertad individual y convicción para decidir responsablemente el sentido de su voto; y en el pozo (que parece) sin fondo de estructuras que prometen seguir “engordando” para que el mensaje que llega al votante mayoritario sea el que éste quiere escuchar, que es el que cree más le beneficia en sus intereses.

Desde quien piensa que las promesas han de casar con los hechos de una trayectoria pasada de la que todos somos tributarios (para que además de sonar bien sean creíbles), y sin pasar por alto que en una provincia que, durante los últimos 25 años, ha avanzado tan poco en otro tipo de infraestructuras, su universidad, sin embargo, ha crecido de manera importantísima, casi inimaginable cuando comenzó la famosa reivindicación de tres (3) facultades para Huelva, considero que, sin dispersar aún más los recursos, la prioridad debiera ser consolidar y mejorar lo que tenemos, que no es poco, hasta cotas de excelencia irrefutables, lo cual significa, básicamente, apostar por la excelencia de las personas en un entorno de trabajo que les ayude a desarrollar al máximo su potencial.

Y todo ello en el marco de algo que debió estar claro desde su origen y que aún, al menos en parte, está por definir, y de manera explícita: el modelo de universidad al que aspiramos (titulaciones, centros/institutos de investigación, transferencia a la sociedad, el rol e inserción de la UHU en su comunidad local/provincial...), la visión que día a día nos empeñaremos en hacer realidad por tener la mirada puesta en lo que colectivamente hemos imaginado. Como dijo el cineasta George Lucas: "Nada se hace sin que antes se imagine". Ese sueño a alcanzar, generador de ilusiones y motivaciones renovadas, será el gran punto de referencia que necesitamos para orientar la toma de decisiones. Si no sabemos adónde queremos llegar no será posible asegurarnos que estamos en la senda correcta. Una universidad no se debería construir a impulsos espasmódicos, por muy bien intencionados que sean, sino de forma planificada, ordenada; no con la luz corta, sino con la luz larga. Naturalmente que tengo mis ideas acerca de ese modelo, y de porqué no se ha definido como debiera, pero no son esas las que interesan en este trance.

Desde la humildad, esta es mi última petición para los candidatos a rector/a de la UHU, como continuación de mi post anterior, previo a la primera vuelta de estas elecciones (*): básicamente que nos ayuden a entender por qué y para qué se hace lo que se hace, y que nos ayuden a arrimar el hombro sabiendo cuál es el proyecto en el que estamos embarcados y qué se espera de cada quien; proyecto que no podrá ser sólo el de los miembros de la comunidad universitaria, aunque ahora sólo sean estos quienes voten, sino el de toda la sociedad onubense. Que nos ayuden a sentirnos relevantes, aún sin estar en esa política, en un barco no sólo con fondo (siguiendo la analogía del pozo), sino con un rumbo claro.

Me temo muy mucho que esta petición no tendrá eco, igual que mis preguntas previas siguen sin respuesta: la irrelevancia, la política, la desilusión.

(*) Disponible en: http://alfonsovargassanchez.blogspot.com.es/2017/04/mis-preguntas-para-los-candidatos.html