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Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:

-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0

-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0

-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas

Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua

Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0

lunes, 20 de abril de 2015

EL MURO: DE LA INCERTIDUMBRE

A lo largo de la historia, el ser humano ha intentado afanosamente controlar su futuro. Éste ha sido uno de nuestros anhelos como ser “superior” por su inteligencia, y a través del conocimiento científico nos hemos esforzado en ir dando pasos en el sentido de la anticipación, de la predicción. Siempre fue una tarea difícil e inconclusa, cuando no frustrante, pero hoy resulta prácticamente imposible. La creciente complejidad derivada de la multiplicidad de interacciones que se dan a escala global en una economía (y sociedad en general) hiperconectada, hace que el control de los efectos de nuestras acciones sea cada vez más limitado. Piénsese en el popular “efecto mariposa”.  Por tanto, si el futuro no es posible controlarlo, la posición ha de cambiar en el sentido de tratar de crearlo. Si la incertidumbre no es posible eliminarla, tenemos que acostumbrarnos a vivir con ella, manejando diferentes escenarios, dotándonos de alertas para detectar señales débiles, siendo capaces de absorberlas e interpretarlas, así como de responder con rapidez y flexibilidad; eso sí, siempre sabiendo qué es lo que buscamos , adónde queremos llegar.

Trasladando todo esto al turismo provincial, la incertidumbre es tanto más alta en cuanto que carecemos de esa infraestructura de inteligencia competitiva que resulta imprescindible hoy. No todas las infraestructuras necesarias son las de transporte y comunicaciones, por muy importantes que estas sean. La relativa a la inteligencia competitiva -la información para una toma de decisiones lo más fundamentada posible, la  definición de una estrategia a seguir para desestacionalizar el destino (que no se nos ocurra hacerlo, por favor, a través del llamado turismo de borrachera, como en otros lugares), la coordinación entre las administraciones prestatarias de los servicios públicos que utiliza o puede utilizar el turista, nuestra propia organización interna-  sí que depende de nosotros: está en nuestras manos dotarnos de ella o no, y hasta ahora la constatación es una respuesta negativa a esta cuestión clave, en contra de lo que se hace en muchos otros destinos. No es el único factor que determina el éxito o el fracaso, pero sí uno de ellos.

Contra todo pronóstico, por las tendencias operantes a nivel nacional y regional, 2014 fue un año, en general, malo. Yo mismo me equivoqué en mis vaticinios de un cierto repunte, aunque ligero. Ahora, pensando en 2015, aun siendo conscientes de la volatilidad existente, que debe mantenernos siempre alertas y actuar coyunturalmente, se están dando las condiciones propias de una tormenta perfecta, en sentido positivo; condiciones para entrar en un círculo virtuoso: petróleo más barato, costes laborales más competitivos, mayor productividad en las empresas,  exportaciones (mercados emisores de turistas fuera de la zona euro) favorecidas por la depreciación de nuestra moneda, inestabilidad creciente en casi todos los países (competidores) de la cuenca sur del Mediterráneo…Todo esto, unido a una recuperación –aunque sea cautelosa-de la economía doméstica e incluso de los principales países emisores europeos, nos afecta favorablemente.

Por tanto, si en estas condiciones Huelva no remonta, la confirmación de que tenemos ante nosotros un muy serio problema de modelo turístico será aún más evidente. Ante lo que pueda pasar corremos dos riesgos:

-Si las cosas mejoran algo, escudarnos en ese espejismo para seguir como hasta ahora, sin atajar los problemas de fondo de planificación, coordinación y organización expuestos más arriba.

-Si los resultados siguen sin ser aceptables, caer en la involución, con la consiguiente desaparición de todo atisbo de liderazgo y abandonando cualquier intento de “coger el toro por los cuernos”, tratando de salvar la cara con las consabidas referencias al aeropuerto, el AVE…. Es decir, la desmembración de la provincia de Huelva como destino turístico, pues ante la evidencia de un liderazgo inexistente cada una de las partes del sistema tenderá  a actuar según sus propios  criterios (el principio de la entropía o desorden), si llevamos la situación a su extremo.

Ninguno de estos dos escenarios son, desde mi punto de vista, aceptables. Esta es, pues, una llamada a la responsabilidad. Hay soluciones, pero se necesita voluntad política y la complicidad del tejido empresarial local y los agentes sociales. Si nosotros no marcamos la pauta, es decir, si nosotros hacemos dejación de nuestra capacidad para definir el modelo de desarrollo turístico que deseamos para nuestra tierra, otros de fuera lo harán por nosotros. No creo que esto nos convenga.

Como dijo el teólogo y matemático inglés del siglo XIX William George Ward: “Las oportunidades son como los amaneceres, si uno espera demasiado se los pierde”. Atención, que podemos perder esta oportunidad: miremos definitivamente al turismo del siglo XXI. A menudo tiene uno la sensación de que seguimos anclados en el XX.
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Publicado en Huelva Información, 19-4-15, p. 14.


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