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Bienvenido/a a este blog, que nace, con el año 2012, como vehículo para la transferencia y divulgación del conocimiento, particularmente en materia de turismo. Como complemento:

-He aquí el documento resultado de casi cinco años (2010 a 2014, 55 artículos) escribiendo cada mes en HECONOMIA, con análisis y propuestas para el turismo provincial: https://www.dropbox.com/s/oblyls2fi3tov7g/HEconomia_2010_2014_55_articulos.pdf?dl=0

-Los 12 artículos de la sección EL MURO del diario Huelva Información (año 2015): https://www.dropbox.com/s/sqlyhbqu1hc7if1/ElMuro_HI_2015.pdf?dl=0

-Y las múltiples colaboraciones en Hosteltur: https://www.hosteltur.com/comunidad/usuario/vargas

Además, en la siguiente URLs encontrará más, mucho más, sobre mi actividad académica (mi legado): https://padlet.com/alfonsovargassanchez/cvm56nauhvrhsnua

Y lo más importante: ¿aún no conoce Huelva? Descúbrala en el siguiente enlace y en la presentación que sigue: http://www.turismohuelva.org - https://www.dropbox.com/s/8ada1ku91qtoknc/AunNoConocesHuelva.pps?dl=0

viernes, 16 de agosto de 2013

BAJADA DE SUELDOS

Hace unos días llegaron “nuevas” propuestas de los organismos internacionales que nos tutelan para reactivar nuestra maltrecha economía, estigmatizada por unos niveles de desempleo record y brutales: en resumidas cuentas, bajar más los sueldos, disminuir las cotizaciones sociales y otra vuelta de tuerca al impuesto sobre el valor añadido. La controversia quedó servida. Dentro de lo nada sorprendente de esta receta, conocidos sus progenitores y antecedentes, el asunto da mucho para la reflexión y el debate.
Cuando no hay una moneda que devaluar, como ocurre en España, el empobrecimiento, por falta de competitividad, suele llegar por vías como las descritas. Cuando se devaluaba la moneda disminuía nuestra capacidad de compra; ahora nuestra capacidad de compra es menor vía reducciones en términos reales de los rendimientos del trabajo.
El problema de fondo es la competitividad de nuestra economía, problema complejo donde los haya, que no sólo se arregla bajando sueldos y subiendo impuestos. Ante una demanda doméstica decaída (y más deprimida que estará con medidas como las descritas), hemos de intentar que la demanda externa tire de nosotros, pero no olvidemos que estamos en la era de la globalización.
La cuestión no es sólo la cantidad de mano de obra disponible (cada vez más y de cualquier parte del mundo, lo que hace cada vez más fácil que haya alguien dispuesto a trabajar por menos dinero a cambio) sino la cualificación de esas personas y el valor añadido que pueden aportar. La cuestión no es sólo cuánto trabajamos, sino cómo trabajamos.
No es que trabajemos poco, ahí están las estadísticas del número de horas, sino que, en tantas y tantas ocasiones, trabajamos mal (o podríamos hacerlo mejor). La calidad y productividad del trabajo depende de numerosas variables: vocación, formación, motivación, medios (sobre todo tecnológicos) que se utilizan en el trabajo, organización, etc.
El riesgo es que sigamos perseverando en el círculo vicioso en el que ya estamos: salarios a la baja, motivación a la baja, formación a la baja, inversiones a la baja, deterioro en el servicio y atención al cliente…Todos, los empleados pero muy especialmente los niveles directivos, tenemos que romper esa dinámica perversa. Si no, incluso empresas que ahora parecen sólidas caerán (o se irán de nuestro país), con la profunda herida de los miles de puestos de trabajo que dejan en el camino.
Nos estamos dejando atrás en la fórmula “mágica” un factor fundamental: la llamada I+D+i. Y los principales agentes catalizadores de la investigación, el desarrollo y la innovación son las universidades. Éstas, ahora más que nunca y aún sabiendo que es una apuesta de medio/largo plazo, tienen que convertirse en auténticos motores de desarrollo económico a partir de una relación cooperativa con la sociedad, y eso, a mi modo de ver, sólo puede conseguirse de una manera: con un perfecto alineamiento entre lo que la sociedad (en cada territorio) necesita y la universidad ofrece. No podemos permitirnos que las necesidades y aspiraciones de ese territorio, una vez conocidas y definidas, vayan por un lado y los esfuerzos de la universidad, como principal agente generador y transmisor de conocimiento, vayan por otro. No pueden divergir por más tiempo: bien al contrario, sus responsables han de empeñarse en hacerlos converger.
No es una idea original, ciertamente, pero se ha dicho y escrito mucho más de lo que realmente se ha avanzado. Y hay una razón muy importante, aunque no la única, que lo explica: el sistema de gobernanza de las universidades españolas, en el que la sociedad ni siquiera tiene voz en el proceso de elección de los máximos responsables de las instituciones de educación superior: tan sólo los grupos internos, con sus respectivas cuotas de poder, formales e informales, e intereses son los que deciden el camino a seguir, sin que nada premie ni garantice ese imprescindible alineamiento que ha de marcar, nítidamente, las prioridades y la acción de gobierno.
Si alguien quiere ejemplos, los tengo. También son palpables las consecuencias, como también lo son las de la instalada globalización económica sin contrapesos equivalentes y eficaces de tipo político: la sociedad se está dualizando cada vez más, con unos ricos cada vez más ricos y una clase media (que es la que da estabilidad a los países) cada vez más menguada que ha nutrido con prisas y sin pausa (esperemos que pare) las largas filas de los que se sitúan por debajo del umbral de la pobreza.
Tenemos un enorme problema de falta de equidad que hemos de paliar, aunque también es verdad que otros países, en otras partes del mundo, están emergiendo. Un mundo nuevo se avecina, en el que la gran interrogante es cómo quedaremos nosotros dentro del mismo.
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Publicado en Huelva Información el 15/8/13, p. 5

sábado, 3 de agosto de 2013

EL OBSERVATORIO QUE NUNCA EXISTIÓ (IV)

Hemos conocido hace unos días que el producto turístico ‘Territorio Toro’ es ya una realidad en la provincia de Huelva. Es una buena noticia que seis ganaderías y cuatro agencias de viajes se hayan puesto de acuerdo en complementar sus capacidades para configurar y comercializar este producto, con el apoyo promocional del Patronato de Turismo. Un ejemplo de cooperación que puede generar un retorno interesante, por las referencias que tenemos de otras provincias en las que ya lleva funcionando algunos años, como en la vecina Cádiz.
Es una iniciativa de colaboración público-privada que contribuye a diversificar y a hacer más atractiva la oferta turística provincial. Nos sumamos a seguir por este camino, a crear más clubs de producto que garanticen al cliente ciertos estándares de calidad.
Ahora que la necesidad nos ha arrastrado a redoblar los esfuerzos por atraer más turismo extranjero, y siguiendo esta analogía, productos como la “Ham’s Land” (con el cerdo ibérico, el jamón y todo lo que de auténtico gira en torno a este potente reclamo cultural, unido al nombre de Jabugo -por su popularidad y capacidad evocadora-), o la “Berries’ Land” (que muestre al mundo a través de la ventana del turismo lo que somos en este ramo de la agricultura: la primera potencia europea), no son más que dos adicionales botones de muestra de lo que podría avanzarse con un poco de visión, liderazgo y voluntad de cooperación.
Esto son sólo ejemplos de recursos puestos en valor turístico (el toro, el jamón ibérico, las fresas, frambuesas, moras, arándanos…) a través de empresas (ganaderas, agrícolas o de cualquier otro sector) que abren sus puertas a las visitas mostrando y explicando lo que hacen y producen, con el apoyo de profesionales del turismo. Centros de producción que se convierten, a la vez, en centros de ocio y servicios, como una nueva unidad de negocio y como vía para darse a conocer: es el llamado turismo industrial (en su vertiente de turismo de visita a empresas), cuyas potencialidades parece que comenzamos a atisbar. El ejemplo más claro es el de las visitas a las bodegas o turismo enológico, con las rutas del vino (como la nuestra del Condado).
Varias consideraciones añadidas a lo ya expuesto:
-Este tipo de oferta contribuye a crear un perfil más diferenciado del destino, a la vez que más ajustado a su diversidad de recursos: la provincia de Huelva es mucho más que sol y playa, sin menoscabo de su importancia.
-También permite segmentar nuestro mercado potencial, con una oferta con capacidad para atraer otro tipo de cliente más allá del vacacional del verano. Contribuye, por tanto, a desestacionalizar el turismo provincial.
-Ayuda a creer en nuestras posibilidades no sintiéndonos solos, cooperando entre nosotros, siendo esa interconexión entre las partes implicadas una de las llaves de la innovación y la competitividad.
-Y también pone en marcha un modelo de desarrollo turístico basado en el papel protagonista de los actores locales y en una lógica de abajo hacia arriba. Simplificando, la alternativa sería el modelo basado en los grandes operadores turísticos orientado hacia los resorts y el turismo residencial, que permite crecer más rápido pero que a la vez genera una gran presión sobre el territorio. Como suele ocurrir, en una sabia mezcla de ambos estará la mejor solución, esa que debemos definir para el turismo provincial, que no debe ser sólo cuantitativa, sino también cualitativa.

P.D.: Cabría hablar de otras posibilidades, de diferente tipo, como “Unspoiled nature's land “, con Doñana como principal atractor, o “A Unique Visit to the Heart of the Earth”, en referencia a Minas de Riotinto y a la Cuenca Minera en general (aprovechando el tirón de la novela y la película homónimas “El Corazón de la Tierra”). Huelva puede ser una fuente inagotable de ideas para el turismo: inyectemos creatividad y démosles formatos innovadores para la comercialización de los productos resultantes. Las combinaciones (y paquetes) posibles son incontables. Un observatorio también puede ayudar a identificarlas, valorarlas e hilvanarlas a través del concepto de la luz de Huelva, que debe fortalecerse, no diluirse.
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Publicado en HEconomia el 1/8/13